jueves, 23 de agosto de 2012

Me Gusta Aprender



-¡Hola Amigos!

Hoy vengo un poco molesta, os lo voy a contar. Todo marchaba a las mil maravillas, me levanté por la mañana fresca como una lechuga, los pájaros cantaban, yo cantaba con alegría y bailaba llena de energía hasta que le conté un chiste a mi hermana Prim.

 No sé si os lo habrá dicho pero odia madrugar, hay que arrancarla literalmente de la cama y por mucho que se eche agua en la cara se pasa toda la mañana con cara de dormida, hasta las marcas de la almohada permanecen intactas en sus mejillas , pobrecita... Pues a lo que iba, le suelo contar chistes para animarla ¡pero va y no se ríe! Ni una triste sonrisa de compromiso...

A ver que os parece a vosotros, reproduzco la escena:

-Buenos días Prim, vaya cara... ¿Te cuento un chiste para animarte?
Responde con un gruñido y se sienta en la mesa buscando su tazón de cereales de pluto.
-Va un barco a un muelle y rebota, ¡jajajaja!
Y Prim sigue comiendo.
-Vaya tengo un público difícil esta mañana. A ver, era un cocinero tan feo, pero tan feo que hacía llorar a las cebollas. ¡Tachán!
Soltó la cuchara en el tazón y se giró para mirarme con los ojos medio cerrados, estaba medio dormida.
-¿Has terminado ya de contar chistes malos hermana? Tengo cinco años pero seguro que mi ingenio supera al tuyo.

Y así me fue la mañana, espero que vosotros os riáis más...
Aquí tenéis unas cuantas curiosidades, ¡¡a leer!!

Sabías que...


-¡Alaaa!
El colibrí que habita en los trópicos de América del Sur, bate sus alas 90 veces por segundo.








-El Señor de los Anillos
Para conocer la edad de una serpiente de cascabel, también llamada crótalo, basta contar los anillos del dispositivo sonoro que lleva en la cola, pues adquiere uno nuevo cada vez que muda la piel, cosa que acontece unas seis veces al año. (pero ni se os ocurra acercaros a contar, Prim ya estaba ideando un plan para hacerlo y siento deciros que un flotador fucsia alrededor del cuerpo no sirve de escudo).




-¡Ábrete Sésamo!
Entre las fauces del tiburón Carchadoron Megalodon, que vivió en el Cretácico, habrían cabido seis hombres de pie.


-¡Te atrapé!
Si un insecto se posa sobre la planta carnívora Dionaea, las mitades longuitudinales de su hoja se cierran en un 0,01 segundo.

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