Sabías que...
Hoy la cosa va de dientes. Recuerdo que hubo una temporada en el colegio en la que cada semana nos daban un vasito de flúor para la dentadura. Era de color naranja, sabía a rayos y menos mal que no era para bebérselo sino para escupirlo de nuevo en el vaso, una experiencia bastante asquerosa si hubieráis compartido pupitre con Marc alias el saca mocos que mientras hacía gárgaras se entretenía ¡hurgándose la nariz!
El caso es que el colegio quiso formar parte de las campañas de sanidad que se hacían por aquellos tiempos.
El flúor es bueno por tres razones:
-Fortalece el esmalte (es la capa que recubre los dientes)
-Ayuda a absorber más calcio y fosfato (son los minerales necesarios para mantener dientes y huesos sanos).
-Ataca a las bacterias para que no nos ocasionen esos agujeritos negros llamados caries.
El mal trago de flúor al menos era beneficioso, jeje.
Dentista en la Jungla:
Los chimpacés utilizan pequeñas ramas para limpiarse los dientes y los de sus acompañantes. (Consejo express:
si los chimpacés pueden vosotros también y más sencillo todavía con un
cepillo de dientes. ¿Queréis sonreír como el monito cuando os echen una
fotografía y no terminar siendo el hazmerreír del barrio? Pues a
cepillarse después de cada comida)
Diente con diente:
Ratoncitos al poder
Los incisivos de un roedor no dejan de crecer durante toda su vida. La causa de tal cambio es que su dieta alimenticia,semillas, raíces y otros frutos, no está formada precisamente por alimentos blandos. (Si tenéis un hámster o ratoncito de mascota dadle alimentos duros para que no les crezcan demasiado los dientes, podría ser peligroso para ellos)
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